Para liberar la imaginación
Para imaginar la revolución.
(Este texto fue escrito para la presentación del manifiesto onírico, ocurrida el sábado 30 de agosto de 2025 en Casa Refugio CItlaltépetl)
Me honra presentar este manifiesto onírico, porque es un pronunciamiento necesario y urgente para tomar un territorio descuidado por la vida utilitaria, consecuencialista, objetivista, egoísta y ególatra, casi solipsista: el territorio incontenible de los sueños, de la poesía y de lo sensible. El terreno fértil de donde mana la imaginación fecunda.
La imaginación es un árbol, o a veces un helecho o incluso una enredadera, tal vez un hongo, o el micelio que conecta los hongos y nutre las raíces de los árboles. O más bien es todo eso al mismo tiempo.
La imaginación requiere tierra fértil para prosperar y crecer y reproducirse.
También requiere cierta jardinería para volverse un acto creativo más allá de las ensoñaciones.
Pero el sistema capitalista salvaje en el que sobrevivimos es exactamente lo opuesto. Porque la ensoñación no produce ganancias ni beneficios materiales inmediatos.
Defender lo onírico, manifestarse por ello, es defender la tierra intangible donde crecerá la imaginación.
Para sumarme a la causa, comparto unas pocas palabras que me ha inspirado el manifiesto:
En una costa lejana, amurallada de brumas y acantilados, voy a encender la luz de un faro para avisar del peligro a los viajeros de la noche, pero también para anunciar la ubicación de un refugio, un lugar de encuentro y regocijo y descanso..
Un faro imaginario en una isla soñada.
Desde el faro, porque soy cobarde y muy poco marinero, voy a imaginarme tierras lejanas: reinos peligrosos, geografías imposibles, sociedades de marginados, comunidades sin estado, organización sin jerarquías, utopías.
Y si me da la vida, voy a escribir lo imaginado para lanzarlo adentro de una botella a la tormenta que ya se mira en el horizonte. Estoy seguro de que alguna persona insensata encontrará la botella y si es lo bastante insensata, contestará.
Entre botella y botella, entre mensaje y mensaje, esa persona desconocida me ayudaría a imaginar otro mundo: una tortuga gigantesca que es confundida con una isla, donde villanos de todas las naciones han fundado una cofradía de hermanos de la costa, utopía pirata de autonomía radical.
En ese lugar se cultiva la erótica
del sueño: el sueño húmedo que inunda y se
desborda cuando la tortuga, caprichosa, se sumerge.
Se celebran también el flácido re
loj
y la plastilina erecta. Íconos totémicos de nuestra elegida
barbarie. Ahí es bienvenido el despilfarro y
cada día se nombra una nueva reina que será mañana debidamente
destituida.
Un lugar donde ha sido abolida la propiedad privada, que es el concepto fundamental para el despojo. Donde no existen autores ni autoridades. Solo relatos y acuerdos compartidos. Donde las palabras fiesta y asamblea significan lo mismo. En lugar de pelear en la guerra, los conflictos se resuelven con bailes o duelos de rap. Elijan a sus campeonas.
Cuidado: Esa tortuga gigante es muy peligrosa: devora tablas de excel, destruye cronogramas, arrasa con los cubiles infames de la burocracia precarizada. Cada vez que un pobre diablo dice “es que la normativa…” la tortuga produce un cataclismo.
Y nosotros celebramos el cataclismo. La eucatástrofe que nos hará libres del yugo que nos impusieron las ficciones de autoridad, modernidad, trascendencia, progreso y todo tipo de perversiones del espíritu.
La tortuga será también una inmensa consejera del amor y el desamor.
Sabrá consolarnos o espabilarnos o movilizar el deseo sin decir ni una palabra.
Sospecho que los mensajes en la botella que regresa los escribe alguien sobre la tortuga.
O la tortuga misma.
Este faro se ha poblado de fantasmas que recorren el mundo asustando a los tiranos. También son habituales los moluscos soñadores y las arañas minúsculas que tejen el mundo.
Todas las personas, humanas y no humanas, sean bienvenidas a este refugio donde queremos:
defender la vida
borrar fronteras
enriquecer la experiencia
habitar el horizonte
crear mundos.
Muchas gracias.
en este link se puede leer una versión del manifiesto:
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