domingo, 8 de mayo de 2016

FICCIONES Y FRONTERAS EN EL TEATRO

APUNTES SOBRE CIERTAS INCOMODIDADES

-          Las realidades se construyen con ficciones
-          Los grupos humanos construyen diferentes realidades pues elaboran diferentes ficciones.
-          Hay algunas ficciones que son comunes a todos los grupos humanos (o a inmensas mayorías) como la ficción del dinero, del crédito, del crecimiento, que ha construido, sin ir más lejos, esta realidad que conocemos como sociedad capitalista.
-          Considero a la sociedad capitalista como una realidad nociva, dañina para la humanidad y para la naturaleza.
-          Y no deja de ser una realidad creada por ficciones humanas. Humanos que son parte de la naturaleza.
-          Hemos creado algo que se ha vuelto contra nosotros y contra nuestro entorno, ese del cual dependemos para vivir.
-          ¿Cómo podemos enfrentarnos a ello?
-          ¿Se puede crear una ficción que cambie esa realidad por otra más amigable?
-          Ya antes otra ficciones han construido realidades casi siempre jodidas: la ficción Dios construyó las realidades del cristianismo y el islam; la ficción dictadura del proletariado construyó la realidad llamada comunismo y la ficción de superioridad racial construyó el nazismo; la ficción de la ley por encima del individuo construyó los estados nación.
-          Creamos ficciones para organizar el mundo.
-          El problema es que casi siempre construimos estas ficciones sobre una idea de más allá, algo superior, algo mejor que nosotros a lo cual someternos para generar el acuerdo necesario.
-          ¿Por qué aceptaría convivir y aceptar órdenes de un imbécil si no es porque Dios, la Ley, el Dinero o el Partido así me lo ordenan?
-          ¿Será posible inventar una ficción que no necesite de un ente superior para gobernarnos?
-          La justicia, por ejemplo, es una ficción que podría ayudarnos. La ética también.  Ficciones que apuestan por la equidad, por lo común, por la horizontalidad, por la igualdad…
-          ¿Podemos empujar hacia ese camino desde el teatro?

-          Esa es la pregunta que importa en lo que podríamos llamar las nuevas fronteras del teatro.

-          Las fronteras del teatro están en expansión.
-          El teatro es un territorio que fue encerrado mucho tiempo por las academias y los grupos hegemónicos en un par de compartimentos artificialmente definidos: el texto dramático y la caja negra. El teatro fue encerrado en el teatro.
-          Al menos esa era la idea, porque nunca pudieron contenerlo del todo.
-          Mucho tiempo creímos que sabíamos qué era el teatro porque íbamos a una sala oscura, con escenario iluminado y ahí estaba. El teatro aparecía y nos fascinaba.
-          Creímos que lo teníamos bajo control. Domesticado.
-          Pero de pronto, miramos a un político haciendo un discurso, evidentemente falso, pregonando justicia cuando sabemos que es un asesino; prometiendo bienestar cuando sabemos que es un abusivo; diciendo que habla en nuestro nombre, que nos representa, cuando sabemos que le sirve a intereses financieros trasnacionales.
-          ¿En qué momento se nos escapó el teatro?
-          El teatro se salió de su corral.
-          O tal vez nos lo quitaron. Se lo llevaron a la mala. Nos lo piratearon.
-          Pero ellos sí que sacan dinero.
-          Unos malos actores se suben al escenario, representan su papel y reciben aplausos. Y de paso, aprueban leyes y se llenan los bolsillos con dinero que nadie les dio. Y poco a poco destruyen el mundo.
-          El teatro sí puede destruir el mundo. ESE teatro.
-          Porque lo aceptamos como cierto, aunque sepamos que es mentira.
-          ¿Por qué seguir haciendo teatro en el teatro si ya se escapó, si ya está afuera?
-          Esa es la pregunta que se hacen los que buscan en las fronteras una posibilidad de cambio.
-          Esa es la matriz de lo que ahora han llamado “escena expandida”.
-          La escena que se expande más allá del teatro.
-          Teatralidades que aparecen donde no hay escenarios para reclamar su legítimo derecho a representarnos.
-          Para devolver la representación que ha sido usurpada a la gente que la necesita.
-          Esa misma gente que no va al teatro, ni vota. Porque ahí no los representan.
-          Porque suponemos que si ESE teatro puede destruir el mundo, debería haber OTRO teatro que podría salvar el mundo.
-          ESE teatro destruye el mundo porque ha sido despojado de la poesía.
-          Eso que a través de palabras, de movimientos, de sonidos, de acciones, de imaginación, nos cambia la mirada para redescubrir las cosas del mundo extrañados y renovados.
-          Porque ESE teatro, en lugar de inducirnos a mirar el mundo de maneras inesperadas y sorprendentes, nos fuerza a aceptarlo como es, a no protestar, a no preguntar, a no disentir, a no molestar.  
-          Las nuevas fronteras del teatro hoy en día están en guerra. Llenas de trincheras, de refugios, de mártires anónimos; llenas de gestos inútiles, de heroísmos intrascendentes.
-          Llenas de muertos, también, como Fernando Landeros o Nadia Vera.
-          En las fronteras del teatro se pelea por el derecho a vivir de los artistas.
-          Se pelea contra el neoliberalismo, porque, por si no se han dado cuenta, el teatro, tanto el expandido como el que sigue encerrado en el teatro, no puede sobrevivir en esa realidad que a todo le exige ganancias y utilidades.
-          Por eso el teatro necesita con urgencia cambiar la realidad. O por lo menos, resistirse a ella.
-          Por eso somos raros, incómodos y marginales. Aunque a veces caminemos sobre la ficción de la alfombra roja, y las cámaras y las pantallas nos engañen adornando el campo de batalla con disfraces y decorados.
-          Tenemos todas las de perder.

-          Pero como dijo Cyrano de Bergerac: “Nada hay más hermoso, que luchar con todas nuestras fuerzas cuando se sabe la batalla perdida