jueves, 17 de mayo de 2018

LOS MUNDOS INABARCABLES DE MEDARDO LANDON


Los relatos de fantasía, como género literario, y en especial los que se centran en la épica heroica, la creación de mundos imaginarios y las aventuras sorprendentes, suelen ser considerados divertimentos juveniles con poca profundidad conceptual y escasos desafíos lingüísticos. Por supuesto, es un prejuicio que se desbarata analizando algunas obras de renombre, como El Señor de los anillos (J. R.R. Tolkien), Kalpa Imperial (Angelica Gorodischer), Titus Groan (Mervyn Peake), La Historia Interminable (M. Ende), Historias de Terramar (Ursula K. Leguin) o Las Puertas de Anubis (Tim Powers) por mencionar algunos. Pero… ¿de dónde nace este prejuicio si la mitología entera, desde Gilgamesh, pasando por la Iliada y el Mahabarata hasta las gestas del rey Arturo pertenecen al mismo género? Obviamente, algo tiene que ver que se comercialicen una inmensa cantidad de obras mediocres sostenidas por un gran aparato de publicidad, cuyo pobre contenido literario deja mal parado no solo al género, sino a la humanidad entera. Pero otro tanto podría decirse de la literatura “seria” o de la ciencia ficción o de la novela policíaca. ¿Será que la presencia de hadas, duendes, elfos, genios, ondinas, dragones y basiliscos está inevitablemente asociado con la infancia (histórica y bilógica)?
El tema da para una tesis doctoral y no pretendo desentrañarlo en este breve comentario, pero quise traerlo a cuento porque quiero hablar de un autor de fantasía mexicano, Medardo Landon Maza Dueñas, quien ha dedicado su vida a la creación de un universo de fantasía complejo, profundo, lleno de maravillas y sorpresas, y sobre todo, muy pertinente en los días que vivimos.
Para empezar, vale decir que en Latinoamérica, el prejuicio señalado antes ha sido incluso más agudo, y las élites literarias han marginado por completo a quienes intentan explorar con sus letras los territorios de la fantasía heroica, y que a diferencia del mundo anglosajón, tampoco han encontrado un nicho óptimo para publicar y comercializar sus libros. Los autores de este tipo se mueven entre la sombra. En el mejor de los casos, se vuelven autores de culto.
El caso de Medardo va por esa ruta. Fuera de los circuitos comerciales y de los parámetros típicos de la consagración literaria, este autor nos ha entregado ya unos cuantos libros de notable contenido. Claramente deudor de la mitología celta, las gestas y bestiarios medievales, las divinidades griegas y nórdicas, las narraciones de Tolkien, Tad Williams y Cervantes, ha configurado a lo largo de diferentes publicaciones un universo narrativo profuso, casi barroco, cuya complejidad vamos descubriendo de a poco conforme hacemos las conexiones entre sus textos. 

Y es que todas sus historias están enlazadas. Todas. Lo que se menciona de paso en uno de los cuentos, resulta el centro de la historia en otra novela, un personaje de reparto acá, se convierte en el protagonista por allá, y un paisaje mencionado como lejano luego aparece como el territorio transitado. Esto nos deja suponer que lo que leemos es apenas la punta de un gran témpano de historias posibles y narrables, a cuál más deleitosas y ponderables. Ah, y como corresponde al género y la costumbre inaugurada por Tolkien, abunda en paratextos, mapas, apéndices, glosarios, que cierran (¿o abren?) la experiencia de lectura más allá de los párrafos del libro. Una invitación para sacar a pasear la imaginación, llevados de la mano por una prosa tenaz y un estilo comprometido, por este mundo rebosante de detalles y complejidades.

Además, y no menos importante, Medardo Maza nos narra en sus historias imbricadas, la gesta de los pequeños. Las criaturas chiquitas, los desfavorecidos, los marginales, los insignificantes son los protagonistas de estas historias. Medardo pone en ellos la esperanza y la responsabilidad de luchar contra la injusticia. No se trata de historias de grandes guerreros ni reyes poderosos (que sí los hay, pero a menudo son el problema) si no de personas al borde del precipicio, cuya dignidad debe ser restituida. Hay, pues, un posicionamiento político, o una política de la mirada: mirar desde abajo. El objetivo de sus héroes no es obtener la corona o la victoria en una gesta de armas, sino sobrevivir, salvar la propia vida y la de los seres queridos. Transformar el mundo por el bien de todos.
Por si fuera poco, en cada libro ha buscado un lenguaje y un público diferentes, según la edad y las temáticas. Desde una serie de libros para niños siguiendo las aventuras de un niño Mordyn (pequeña criatura de pies velludos que vive en un agujero), pasando por una colección de bestiarios donde se describen diversas criaturas fantásticas detallando sus características y lugar en el mundo (unicornios, hadas, vampiros, dragones, etc), hasta las novelas con contenido más duro, para público joven o adulto, como Castillo hueco, una aventura de juventud, de compañerismo, de cofradía adolescente; Hadas en Chapultepec, mixtura entre el México contemporáneo y un mundo subterráneo de duendes y chanekes (merecedora de mención honorífica en el premio Ignacio Manuel Altamirano 2015) o Poker de cuatrillizos, un entramado de historias familiares, política y traiciones, conspiraciones, represión y rebelión, poblado de asesinos seriales, abusadores, redentores, brujas, brujos, paisajes oníricos, y todo contado desde las diferentes perspectivas de personajes cuyas vidas se entrecruzan alrededor de una partida de póker, todo ello envuelto en una estructura sofisticada de capítulos biográficos narrados desde la perspectiva de diferentes personajes. 

Tiene además, un extraordinario ensayo comparativo entre Tolkien y Cervantes, Frodo-Quijote y Sancho-Sam, que fue Primer lugar del X Premio Aelfwine de la Sociedad Tolkien Española, titulado El Quijote y Sancho & Frodo y Sam.
Vale muchísimo la pena sumergirse en el universo de Medardo Landon Maza Dueñas, que demuestra con un fuerte compromiso literario que la fantasía en México puede ser tan sólida y trascendente como la mejor del mundo.
Una muestra de su trabajo, su biografía y publicaciones se pueden ver en el blog del autor en https://elmordyn.wordpress.com/