Me gustaría ensayar algunas precisiones para aquello que en diferentes
medios narrativos se conoce como “personaje tridimensional" y “personaje bidimensional"
porque es algo cuya definición no me resulta clara y se usa de manera
indistinta creando confusiones; cada uno de los siguientes puntos contiene
muchos temas que valdría la pena desarrollar con cuidado y espero poder hacerlo
más adelante. Por el momento, propongo lo siguiente:
·
Generalidades
sobre el personaje, las acciones y los adjetivos.
1. Un personaje es un recurso narrativo basado en una hipótesis de comportamiento de una persona (puede ser puramente ficticia o con referentes directos en una persona real; y no necesariamente debe ser humana).
2. Un personaje se construye principalmente cuando “hace cosas” dentro del universo narrado, donde se puede reconocer ese comportamiento antes señalado. Este reconocimiento no es instantáneo, sino acumulativo: sucede en el tiempo desplegado en la narración.
3. Conforme al personaje se le atribuyan adjetivos y a sus acciones adverbios se irán definiendo sus bordes. Mientras más adjetivos y adverbios, más definido parecerá el personaje.
4. Los adjetivos pueden ser solamente atribuidos al personaje por enunciación (otro personaje dice de él: “es el más cruel de los asesinos” y entonces el personaje adquiere el adjetivo “cruel”; o el autor dice “era un genio de la estrategia” y se lleva el adjetivo “genio”) pero deben confirmarse en las acciones del personaje, porque si luego de que se dijo que era el más cruel se comporta de manera piadosa, el adjetivo queda en entredicho y eso requiere una explicación al interior de la narración. (Aplica casi igual para los adverbios) Por ejemplo, se dice del Quijote que está loco, que perdió el juicio, y lo dicen una y otra vez, pero luego el personaje da muestras de aguda sensatez y discernimiento, aunque se comporta de maneras exóticas, sembrando la duda sobre su locura o el lugar que debe dársele en el mundo (y en el relato).
6. Mientras más adjetivos con conflictos posibles, el personaje se parece más a una persona real, y entonces decimos que es “tridimensional” En cambio, si el personaje se limita a unos pocos adjetivos recurrentes que no le ocasionan conflicto entonces lo llamamos “bidimensional”. ¿Cuántos adjetivos podríamos atribuirle a Julién Sorel, el personaje de Stendhal en Rojo y Negro?
7. Ambos
tipos de personaje tienen usos narrativos diferentes. Los “tridimensionales”
nos inducen a reconocernos en los conflictos y particularidades, a sentirlos
vivos y cercanos, y la historia se desarrolla a partir de reconocer cómo se
comportan y cómo cambian al interactuar con el entorno. Los “bidimensionales” nos inducen a
reconocernos en aspectos más abstractos, como las ideas (y entonces se vuelven
símbolos). Dirigen nuestra atención más a los acontecimientos que a las
conductas. Por supuesto, hay personajes “tridimensionales” que también llevan
una carga simbólica importante, y otros “bidimensionales” que sentimos vivos y
cercanos, y en ambos casos suelen ser los más entrañables o memorables, pues multiplican y amplifican sus lecturas posibles.
· El caso de los personajes en el cómic de superhéroes.
8. En medios que requieren brevedad, (como un comic book de superhéroes, por ejemplo) no hay suficiente espacio (o tiempo) para desarrollar personajes complejos con muchos adjetivos porque para ello habría que invertir muchas páginas viéndolos hacer cosas que vayan definiendo su conducta en diferentes situaciones. Como es un medio prioritariamente comercial, esa inversión no se justifica. Además, ese género de comic se basa en la potencia simbólica de los personajes, por lo que volverlos “tridimensionales” no resulta muy útil en términos narrativos, al menos en principio.
9. No obstante, aunque no haya tiempo de acumular muchos adjetivos, es posible escoger unos pocos que entren en conflicto, creando un efecto de complejidad aunque en realidad el carácter sea muy sintético. Por ejemplo: un personaje tímido + valiente + egoísta + compasivo + culposo + pobre + nerd + bondadoso = Peter Parker (y todo ello se puede ver desde el primer episodio). Luego le agregamos que adquiere superpoderes de araña, un tío muerto por su culpa y una tía anciana y vulnerable que lo mantiene y tenemos a un superhéroe con muchas posibilidades de desarrollo “tridimensional” y al mismo tiempo, con muchas posibilidades de carga simbólica. Estas posibilidades se irán confirmando o contradiciendo conforme los guionistas desarrollen al personaje a partir de sus acciones.
· El caso de los personajes en el cómic de superhéroes.
8. En medios que requieren brevedad, (como un comic book de superhéroes, por ejemplo) no hay suficiente espacio (o tiempo) para desarrollar personajes complejos con muchos adjetivos porque para ello habría que invertir muchas páginas viéndolos hacer cosas que vayan definiendo su conducta en diferentes situaciones. Como es un medio prioritariamente comercial, esa inversión no se justifica. Además, ese género de comic se basa en la potencia simbólica de los personajes, por lo que volverlos “tridimensionales” no resulta muy útil en términos narrativos, al menos en principio.
9. No obstante, aunque no haya tiempo de acumular muchos adjetivos, es posible escoger unos pocos que entren en conflicto, creando un efecto de complejidad aunque en realidad el carácter sea muy sintético. Por ejemplo: un personaje tímido + valiente + egoísta + compasivo + culposo + pobre + nerd + bondadoso = Peter Parker (y todo ello se puede ver desde el primer episodio). Luego le agregamos que adquiere superpoderes de araña, un tío muerto por su culpa y una tía anciana y vulnerable que lo mantiene y tenemos a un superhéroe con muchas posibilidades de desarrollo “tridimensional” y al mismo tiempo, con muchas posibilidades de carga simbólica. Estas posibilidades se irán confirmando o contradiciendo conforme los guionistas desarrollen al personaje a partir de sus acciones.
12. En
suma, que las características de “tridimensionalidad” o “bidimensionalidad” del
personaje no son un elemento de valor estético en sí mismas, sino un recurso
narrativo del cual se puede echar mano para conseguir ciertos efectos o tratar
ciertos temas. Ni tampoco las características de “personaje atormentado y con problemas
reales” construyen personajes complejos sólo por amontonarse encima de alguien
que mira desde una ventana caer la lluvia mientras sostiene una botella de
whisky casi vacía mientras piensa en cómo quisiera follarse a su mamá.
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