Apuntes apurados sobre el 3er Congreso Nacional de Teatro
Ante las urgencias y las demandas
de justicia laboral y atendiendo a la petición de creadores teatrales, en 2015 la
Coordinación Nacional de Teatro abrió un espacio para la reflexión y la discusión
de los problemas comunes: el Congreso Nacional de Teatro, que ha ido creciendo
cada año. Para el 3er Congreso, realizado en mayo de 2018, hubo representantes
de todas las entidades, ejes temáticos a trabajar, ponencias, presentación de
proyectos y laboratorios de trabajo. Un admirable ejemplo de organización
dentro de un gremio casi siempre fragmentado y desarticulado, que condujeron de
manera ejemplar Ana Francis Mor, Bryant Caballero, Micaela Gramajo, Aristeo
Mora y Eloy Hernández.
Y es que hasta hace poco, si
había que negociar por alguna mejora de las condiciones, tenían que hacerlo
directamente las figuras consagradas del gremio, en directo con los
funcionarios de turno, casi siempre en privado y haciendo uso de sus magros
prestigios para presionar.
La urgencia de nuevas prácticas
políticas al interior del gremio están impulsando modelos más incluyentes y
abriendo espacios para que muchas más voces sean escuchadas. Lentamente, pero
con paso firme, una fuerza colectiva se va formando entre nosotros. La fuerza
colectiva no surge del acuerdo, sino de la capacidad para trabajar juntos incluso
en desacuerdo, organizando las diferencias, escuchando, pensando juntos y
aceptando la mirada del otro como algo valioso.
Sobre todo fue muy valioso contrastar
las experiencias comunitarias de algunos estados con las preocupaciones
económicas de las capitales, tomar conciencia de que México tiene muchas
realidades teatrales y corroborar que solo unas pocas de esas realidades tienen
acceso a las oficinas de los funcionarios que deciden las políticas y asignan
los presupuestos.
Dos ejemplos que dan muestra de
la diversidad:
Por un lado, Samuel Sosa, en
representación de RECIO (Red de Espacios Culturales Independientes Organizados)
afirmó, refiriéndose a la necesidad de una legislación para el teatro: “Creemos
que en un país como el nuestro, menos regulación implica mayor productividad” y
también: “…temas fundamentales de ética y buenas prácticas, como lo pueden ser
los tabuladores o los horarios de trabajo, (deben) ser regulados por el mismo
mercado” Lo que pone ante nuestros ojos la perspectiva sobre la política
laboral que se quiere impulsar desde esta organización.
Por otro lado, el testimonio de
Sandra Ivette García Sánchez, de Tabasco, representando al grupo de teatro
estatal comunitario “El hilo de Ariadna” sirve para poner en perspectiva la
urgencia de prácticas artísticas como opción para las y los jóvenes de todo el
país al referir cómo, trabajando sobre La casa de Bernarda Alba: “…Cuando
hicimos la revisión de las circunstancias culturales que permitían la opresión
de las mujeres en la pieza de García Lorca, comparándolas con lo que vivimos en
Soyataco, las mujeres no fuimos capaces de abordar estas situaciones sin
sentirnos aplastadas y agobiadas… Fue un momento de memoria y análisis que puso
ante el grupo las prácticas violentas, opresoras y humillantes que por
sistemáticas y reiteradas terminan siendo normales para nosotras”. Ella misma
refirió el caso de una compañera que, precisamente por sentirse rebasada por
estas prácticas opresoras, no encontró otra salida más que quitarse la vida. El
teatro, para ellas, es un espacio de encuentro vital, de cuidado mutuo,
identidad y construcción de sentido.
Ojalá el Congreso de teatro al
menos nos facilite reconocer, fortalecer y reproducir este tipo de prácticas,
por el bien de todas.
MARTÍN LÓPEZ BRIE
Artículo publicado en la revista Paso de Gato, en 2018
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